La cultura liberadora
La cultura liberadora
Lunes, 24 de Septiembre de 2012 02:21
Escrito por Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
"No hay más vencidos que los que lo son por sí propios, por su desidia,
su malignidad o su soberbia."
José Martí
Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) El régimen cubano ha levantado
ciertas restricciones como muestra de apertura. Para sus campañas
políticas puede resultar un golpe de efecto y un mínimo gesto de buena
voluntad ante los tantos problemas que agobian a la nación. Pero aun
sigue renuente a todo lo que pueda conducir a la democracia.
La demora en aplicar las reformas ha venido a reforzar unas diferencias
que ya existían de antemano, los prejuicios por el color de la piel y el
estatus económico de cada familia o ciudadano.
Fruto de una seudocultura predominante blanca, disimulada pero para nada
minimizada y mucho menos erradicada, se producen cambios de apariencia
positiva, pero cuyos fines políticos son el mantenimiento de las
restricciones ciudadanas y la permanencia de facto en el poder.
Producto de la pérdida del concepto de nación y de una falta de
educación sistemática respecto a esta situación, y a pesar de existir
una minoría que ha asimilado y practicado de forma objetiva y conciente
esta cultura en su equidad liberadora y con sentido propio, el mayor por
ciento de la población ha sido educada para desconocerla y desconocer
así sus derechos como ciudadanos y como principales actores de la nación.
Esta falta le hace crisis a la democracia y a las aspiraciones de un
pueblo, que aún ignorando casi totalmente sus derechos, no deja de
ansiar su libertad y busca afanosamente su sentido de pertenencia y el
deseo de llevar adelante un proyecto social que aglutine esta
orientación en el devenir de la conciencia patria.
Esta pérdida progresiva de identidad nacional ha llevado a un proceso de
decantación a lo largo del proceso totalitario que todavía sufre la
nación cubana. El régimen, ducho en politiquería y etiquetas, ha sabido
revertir muy a su favor los resultados negativos. El precio lo paga la
ciudadanía, por falta justamente de esa interiorización y práctica de
una cultura equitativa y liberadora.
Y es que no son fáciles de romper los cánones del totalitarismo. Ello
lleva una educación sistemática que es la que hace a las personas
superar los miedos y romper con las malignas imposiciones.
He aquí la inquietud y el miedo de la soberanía totalitaria. He aquí la
soberbia y los encarcelamientos, la humillación y los maltratos físicos,
el miedo al libre y pleno acceso a la Internet, las muertes selectivas y
las justificaciones vacías, las mentiras que llevan a desacreditar
blogueros y periodistas independientes, activistas de derechos humanos y
grupos de creación literaria independiente, partidos políticos y
movimientos antidiscriminación. Porque son los únicos en este momento en
Cuba, capaces de llevar la verdad a la ciudadanía, de coger el toro por
los cuernos.
Sólo implementando -como se trata de hacer desde el pensamiento cubano
independiente- una política de conciencia, se podría poner en marcha esa
cultura liberadora, hoy maniatada por las zancadillas del régimen.
Para Cuba actualidad:
http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/5264-la-cultura-liberadora.html
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