Un buen momento para los tubérculos

Un buen momento para los tubérculos
BORIS GONZÁLEZ ARENAS | La Habana | 9 Mayo 2015 – 8:30 am.

Raúl Castro puede apuntarse ya ciertas ventajas sobre su hermano. Ha
recibido dos papas, en tanto su hermano solo recibió uno.

Que el Papa Francisco es un hombre capaz es algo que nadie puede poner
en duda. Ha renovado el discurso de la Iglesia Católica en favor de los
desfavorecidos y la humildad, a la vez que ha decidido salir el paso de
los escándalos que parecían no escampar con Benedicto. Ahora se anuncia
que Raúl Castro visitará al Papa y que este vendrá a Cuba próximamente,
y también en este camino Francisco se ha apuntado una victoria
memorable, la de haber propiciado el acercamiento entre Cuba y los
Estados Unidos.

La sociedad cubana necesita con urgencia que alguien propicie el respeto
de las libertades y los procedimientos democráticos que las consagran,
pero de eso nada se ha hablado y al parecer los organismos
internacionales han estado de acuerdo en mantener el asunto en silencio
mientras hordas descerebradas golpean sin pudor a los activistas
democráticos o buscan con gritos silenciar el clamor libertario.

Raúl Castro, en general el Presidente, puede apuntarse ya ciertas
ventajas sobre su hermano. Ha recibido dos papas, en tanto su hermano
solo recibió uno. Claro que Raúl no entiende mucho esos mensajes de
piedad, misericordia y humildad; en realidad no parece entender mucho de
nada. Tiene el mérito de ser el único Ministro de Defensa de la historia
universal —y en materia de guerras el mundo tiene historia— que no tuvo
importancia alguna en las grandes campañas militares que su ejército
desarrolló en el pasado, principalmente en África.

Lo curioso es que, en silencio, Raúl Castro se las ha cobrado a su
hermano, que lo tenía de segundón, asistiendo a las glorias de generales
como Abelardo Colomé Ibarra, Efigenio Ameijeiras, Raúl Menéndez
Tomassevich y Arnaldo Ochoa. Ha deshecho la estructura de gobierno de
Fidel Castro —”sin prisa pero sin pausa”—, restableció el diálogo
diplomático con Estados Unidos, lo que para su hermano era sagrado
mantener roto, y quién sabe si antes de abandonar el poder no ratifica
los pactos de derechos humanos y encamina el país hacia la democracia,
después de haberse decidido, siete años atrás, a firmar esos documentos
que su hermano consideraba, a la vieja usanza comunista, “derechos
burgueses”.

Sus discursos leídos, los énfasis innecesarios, su impresentable
improvisación, todo ello parecería discordante con un puesto de tal
protagonismo en nuestra historia. Sería unos de los pocos ejemplos de un
sujeto de escasa inteligencia que alcanza la inmortalidad de manera
indiscutible. Antes de él solo consigo recordar a Forrest Gump que, como
se sabe, es un personaje de ficción.

Al final Francisco y él se encontrarán en el Vaticano, Francisco
visitará a Cuba con su mensaje renovador, y los cubanos, a menos que
suframos alguna sorpresa de última hora, nos preparamos para ver, a la
misma altura del papa, un tubérculo criollo que se lo ha ganado, el ñame.

Source: Un buen momento para los tubérculos | Diario de Cuba –
http://www.diariodecuba.com/cuba/1430852925_14398.html