Los mismos cubanos, otros tiempos
GINA MONTANER: Los mismos cubanos, otros tiempos
La violación de los derechos humanos en Cuba es una cuestión pendiente
Sigue en escalada éxodo de cubanos de la isla con la meta de llegar a EEUU
Posiciones encontradas en el exilio con relación a la Ley de Ajuste cubano
Ha transcurrido un año desde que el presidente Obama y el gobernante
Raúl Castro anunciaran el principio del deshielo entre Estados Unidos y
Cuba. Y en este primer aniversario del histórico anuncio continúan
siendo asignaturas pendientes aspectos como la sistemática violación de
los derechos humanos por parte de la dictadura castrista.
El propio Obama ha puntualizado que su viaje a la isla en 2016 estaría
sujeto a que haya avances en el terreno de las libertades, y que no está
interesado en “validar el status quo”. Como cabía esperar, Josefina
Vidal, al frente de la delegación cubana en las negociaciones, ha
respondido que el presidente estadounidense sería bienvenido, pero no
debe inmiscuirse en los asuntos internos del país. O sea, una cosa es
reanudar el correo postal directo, los vuelos comerciales o el
intercambio comercial, y otra promover una transición a la democracia
que pudiera desmontar el status quo.
Mientras prosigue el proceso de “normalización” con los dinosaurios del
castrismo, de su destartalado parque jurásico huyen los jóvenes y la
legión de cuentapropistas a los que la rigidez estatista ahoga. La
realidad de más de 6,000 migrantes cubanos atrapados en las fronteras de
Centroamérica desborda cualquier conversación entre diplomáticos. La
mayor parte de la juventud busca cualquier resquicio para escapar de un
fallido modelo político que ya ha sacrificado a tres generaciones. Los
hombres y mujeres que nacieron rehenes del status quo no renuncian a un
horizonte más amplio en Estados Unidos, donde, tal y como ha reiterado
Washington, pueden acogerse a una Ley de Ajuste Cubano que esta
administración no piensa modificar.
Al cabo de un año, el gran suceso detrás del deshielo es el de los miles
de cubanos que duermen en albergues o a la intemperie y que se han
sumado a la avalancha de migrantes de todo el mundo que vaga por
Latinoamérica con la intención de llegar al Norte. Ellos son la prueba
viviente del fraude de la revolución cubana. A pesar de haber nacido
bajo ese sistema y no conocer otro, su impulso, que en primera instancia
es de la mejora económica pero con un trasfondo político, es el de huir
para labrarse una vida mejor donde se les brinda tan preciada oportunidad.
Me consta, porque he hablado con muchos de ellos, que la mayoría viene
con iniciativa y se incorpora de una forma u otra a la fuerza laboral,
con el beneficio añadido de tener el estatus legal que permite un mayor
empuje. Precisamente la lucha por la reforma migratoria se fundamenta en
la importancia de sacar de las sombras a millones de inmigrantes
indocumentados que aportan al motor económico. En vez de estar tirando
piedras entre todos a los beneficios que reciben y a la Ley de Ajuste
Cubano, merecería la pena estudiar los resultados que ha tenido esta
política que incentiva y no castiga.
AL CABO DE UN AÑO, EL GRAN SUCESO DETRÁS DEL DESHIELO ES EL DE LOS MILES
DE CUBANOS QUE DUERMEN EN ALBERGUES O A LA INTEMPERIE Y QUE SE HAN
SUMADO A LA AVALANCHA DE MIGRANTES DE TODO EL MUNDO QUE VAGA POR
LATINOAMÉRICA CON LA INTENCIÓN DE LLEGAR AL NORTE
Y este último aspecto parece despertar visiones encontradas en el seno
de la diáspora cubana: la discusión en torno a si este éxodo, que sucede
a los de Camarioca, Mariel y la Crisis de los balseros, es puramente
económico y no califica como “exilio”. Sus críticos ponen el acento en
que muchos regresan de visita a Cuba una vez que se legalizan y un
número de ellos se aprovecha de los beneficios que les da el gobierno de
Estados Unidos para vivir con un pie aquí y otro allá. Bien, desde el
exilio histórico a esta nueva migración, los éxitos de los cubanos han
superado sus propias limitaciones. Y este grupo, ahora varado pero que
tarde o temprano arribará, no tiene que ser diferente.
Después de más de medio siglo bajo una dictadura férrea, lo que no se
puede pretender es que la composición socioeconómica de quienes llegan
sea la misma de las oleadas anteriores. Lógicamente, si tienen a sus
seres queridos en Cuba y hoy existe la posibilidad de visitarlos y
llevarles bienes, regresan a la isla de la que partieron hastiados. No
son los únicos. En Vietnam, donde pervive el comunismo con una apertura
controlada, también retornan quienes se exiliaron en Estados Unidos y
pasaron por el trauma de los “boat people”.
Lo esencial es que ayer y hoy los cubanos escapan de un gobierno que
secuestra la vida y el pensamiento. Eso no ha cambiado. A la hora de
recibirlos, dejémosles que vuelen y que escriban su propia historia.
Source: GINA MONTANER: Los mismos cubanos, otros tiempos | El Nuevo
Herald –
www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/gina-montaner/article50803130.html
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