La Biblia sale de la clandestinidad
La Biblia sale de la clandestinidad
14YMEDIO, La Habana | Febrero 23, 2016
Biblias antiquísimas y modernas, incunables y ediciones de bolsillo,
componen una exposición que hasta mediados de marzo estará abierta al
público en la iglesia catedral de Santiago de Cuba. Cientos de
visitantes se han acercado a la muestra para conocer más de cerca un
libro que por décadas ha sido tabú en Cuba.
Desde 1969 existió una férrea prohibición sobre la distribución de
biblias en la Isla y transcurrieron 45 años hasta que entró al país el
primer cargamento legal del libro más vendido en la historia de la
humanidad. En marzo de 2014, arribaron al puerto de La Habana tres
contenedores con 83.723 biblias para ser distribuidas por las iglesias
bautistas.
La Biblia, no obstante, nunca dejó de estar entre los creyentes cubanos,
que echaron mano de su ingenio y de las redes informales de distribución
para hacerse con el conflictivo libro.
Por años, quienes no tenían un ejemplar se conformaron con escuchar en
los templos la lectura de los pasajes bíblicos, los aprendían de memoria
o recurrían a las emisoras de onda corta, como Familia Radio, con sede
en California. “Era una Biblia hablada, que se recordaba y se decía en
voz alta”, asegura María Delgado, una católica “romana y apostólica”,
según se define.
La anciana se contaba entre los afortunados, pues heredó de su abuela el
único ejemplar de la Biblia que poseía la familia. Hace solo unos meses
pudo adquirir uno nuevo a las afueras de la iglesia de la Caridad del
Cobre en Centro Habana por un precio de 15 pesos cubanos, la décima
parte de su pensión mensual.
Ahora, la jubilada asegura que le ha venido “muy bien” la llegada de
miles de biblias. “En los años noventa se perdieron los cigarros y un
día descubrí que mi nieto le arrancaba las páginas a la Biblia para
armar algo que fumar”, cuenta. El joven decía que aquel “papel era
ideal” y así se perdieron muchas páginas.
Antes de que se prohibiera la importación de biblias, la última edición
que entró al país fue la revisión de 1960 de la versión conocida como
Reina-Valera. Según Mario Félix Lleonart, pastor bautista del centro de
la Isla, “estos ejemplares fueron los que suplieron durante años la
escasez en iglesias y casas”.
El religioso evoca que muchos “lograron memorizar capítulos enteros de
la Biblia y el hecho de que lo hicieran con esa edición generó una
resistencia a admitir las nuevas versiones”. Entre la comunidad
católica, sin embargo, la edición más popular es la llamada Biblia
Latinoamericana con comentarios de la editorial San Pablo.
Incluso antes de permitirse de manera oficial la importación, lograron
entrar a la Isla miles de ejemplares a través de la Nunciatura de La
Habana alrededor de la visita del papa Juan Pablo II a Cuba en 1998. Con
el viaje de Benedicto XVI ocurrió otro tanto, pero en esa ocasión los
cargamentos solo incluyeron el Nuevo Testamento, precisó a este diario
una fuente católica.
En la actualidad han surgido numerosas iniciativas para revertir esa
situación. Un proyecto de la American Bible Society tiene como objetivo
suministrar 400.000 biblias a los cubanos. Hasta el momento, ha traído a
la Isla unos 60.000 ejemplares y esperan recaudar 5 millones de dólares
para lograr su meta.
La llegada masiva de las Sagradas Escrituras ha sido bien recibida por
los creyentes, pero también agrega tensión a la cruzada entre católicos
y protestantes. Hasta el momento, las denominaciones más beneficiadas
con los arribos son las evangélicas, que se encuentran en franca
expansión en la Isla. Sin embargo, las neopentecostales, también en
pleno auge, sí han sido víctimas de la represión del Gobierno, con la
destrucción de algunos de sus templos, entre otros actos restrictivos.
Un religioso de la orden jesuita, que prefirió mantener el anonimato,
considera importante resaltar que “de una mayoría de ediciones católicas
que circulaban en el territorio nacional se ha pasado a una clara
mayoría protestante”. Según detalla, “las católicas suelen estar
acompañadas por reflexiones del magisterio de la Iglesia, las
protestantes son en su mayoría ‘sola escritura’ como quería Lutero”.
El protestante Consejo Nacional de Iglesias ha gozado del favor del
Gobierno por décadas y el reverendo bautista Raúl Suárez es diputado de
la Asamblea Nacional del Poder Popular. Una cercanía que no se repite
con la jerarquía católica a pesar de todos los acercamientos de los
últimos años.
La diferencia también está en los costos. Mientras la Iglesia católica
vende las biblias y utiliza ese dinero para arreglos en los templos y
manutención de los sacerdotes, las Iglesias evangélicas las reparten de
manera gratuita, una situación que atrae a muchos creyentes hacia el
protestantismo. Al menos una decena de cubanos que han cambiado su fe
católica por la práctica protestante afirmaron a este diario que, entre
sus motivos estaban la necesidad de tener más cercanía con Dios, el
deseo de sentirse parte de una comunidad muy solidaria en caso de
necesidades físicas o materiales o la aceptación del matrimonio para los
pastores. “Esto provoca mucha identificación entre nosotros los fieles y
la familia del pastor”, afirma Ahmel Ruíz, adventista del séptimo día en
La Habana.
Los católicos no ven con buenos ojos el crecimiento que experimentan los
evangélicos en la Isla. Un jesuita santiaguero aseguró a 14ymedio que
los movimientos evangélicos “están haciendo una fuerte labor de
captación” y “hay una sorda batalla de la que nadie quiere hablar”.
En la jerarquía católica, un influyente párroco señala a esa situación
entre los motivos de la visita del papa Francisco a Cuba y su reciente
encuentro con el patriarca ruso Kiril. Si durante la mayor parte del
siglo XX América Latina fue una región donde más del 90% de la población
se consideraba católica, según datos del Pew Research Center, en
noviembre de 2014 esa cifra había caído al 69%.
Las iglesias evangélicas son congregaciones protestantes que se
diferencian entre sí por divergencias administrativas, sobre la liturgia
o determinados puntos doctrinales y aplicación de los textos bíblicos,
mientras que las denominadas iglesias independientes son grupos locales
que no poseen vínculo formal con denominaciones instituidas.
En los últimos años, han surgido miles de iglesias evangélicas por todo
el país. Según Kurt Urbanek de la International Mission Board (IBM), la
organización bautista internacional, el aumento de fieles de la Iglesia
bautista en Cuba ha sido muy elevado y solo en la delegación del este,
Santiago de Cuba, se han añadido 13.000 nuevas iglesias en los últimos años.
El CIC, principal organismo ecuménico del país, cuenta con 27 iglesias
como miembros plenos, 12 organizaciones ecuménicas, ocho miembros
fraternales y tres miembros observadores. En el registro nacional de
asociaciones aparecen recogidas al menos 52 denominaciones protestantes
y evangélicas, con más de 1.500 pastores y diez seminarios.
El grupo de iglesias comprende desde la presbiteriana, episcopal o
anglicana, pasando por la metodista, cuáqueros, discípulos y bautistas,
hasta adventistas del séptimo día, el ejército de la salvación y la
Iglesia luterana, entre otras.
Ante ese crecimiento, las biblias llegadas al país no alcanzan para
satisfacer las necesidades. Mario Félix Lleonart, quien pastorea una
iglesia en el poblado de Taguayabón y otra en Rosalía, detalla que “el
mayor hito de distribución bíblica” ocurrió el verano pasado por un
donativo de 80 ejemplares “de la Convención bautista del sur de Estados
Unidos”.
Por otro lado, el movimiento apostólico ha vivido en los últimos meses
fuertes tensiones con las autoridades de la Isla que ha desmantelado
varios templos en el centro y oriente de la Isla. “Ahora tenemos la
Biblia pero nos falta el techo”, comenta Marcela, miembro de la
congregación Fuego y Dinámica, cuyo salón de culto fue demolido en enero
pasado en Camagüey.
Source: La Biblia sale de la clandestinidad –
www.14ymedio.com/reportajes/Biblias-Cuba-clandestinidad_0_1949805001.html
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